Brindemos por el placer de estar vivos.

Por los que dijeron "no me gusta" y terminaron juntos y enamorados. Por las personas que ya no están a nuestro lado y las que siguen con nosotros y le dan sentido a nuestras vidas. Por esas personas que nos tuvieron y no nos valoraron. Por esa persona que te llamaba 70 veces al día y hoy ni te saluda. Por esas personas que quieren joderte la vida y que lo que logran es hacerte reír. Porque un día cada quien reciba lo que se merece. Por todos esos consejos que le sirven a otros menos a nosotros mismos. Y sobre todo por esos amores que dejaron huella y no quisieron quedarse para siempre... La vida es desierto y oasis, nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Por todos los aciertos y errores del 2010. Brindemos por ti, por mí y por el placer de estar vivos.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Debería ser un pecado esa sonrisa que quita la respiración.

Me gustaría ir a París, mientras me subo a lo alto de la Torre Eiffel y veo toda Francia. ¿Después? A Italia, donde me haré la típica foto donde yo, con toda mi fuerza y valentía, sujetaré la Torre de Pisa para que no se caiga. ¿Luego? A Londres, donde intentaré hacer reír a los guardias de seguridad con mis caras más extrañas y mis chistes malos. ¿Siguiente? A Las Vegas, donde me gastaré la ostia de dinero en el casino para no ganar ni un chavo, pero podré decir: ¡Viva a Las Vegas, baby!. ¿Aún más? Pues me iré a Nueva York, sí, y me subiré a la Estatua de la Libertad y veré como todo Manhattan amanece. ¿Y por último? Yo siempre digo que lo mejor, para el final. Por último me iré a Los Ángeles. Arrasaré en todas las tiendas de Beverly Hills, mientras me gasto casi todos los ahorros que me quedan en ropa. Luego, en Hollywood, iré mirando cada una de las estrellas del Paseo de la Fama y me haré una foto con la inmensa mayoría mientras sonrío bebiéndome mi Starbucks. También, me haré fotos junto al cartel de Hollywood, señalándolo con una gran sonrisa en mi cara diciendo: Sí, estoy en L.A. Y al final, me subiré a lo alto del mirador y miraré por última vez todo Los Ángeles. Pero cuando vuelva aquí, a España, me esperará lo mejor. Me esperarás tú.

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