Brindemos por el placer de estar vivos.

Por los que dijeron "no me gusta" y terminaron juntos y enamorados. Por las personas que ya no están a nuestro lado y las que siguen con nosotros y le dan sentido a nuestras vidas. Por esas personas que nos tuvieron y no nos valoraron. Por esa persona que te llamaba 70 veces al día y hoy ni te saluda. Por esas personas que quieren joderte la vida y que lo que logran es hacerte reír. Porque un día cada quien reciba lo que se merece. Por todos esos consejos que le sirven a otros menos a nosotros mismos. Y sobre todo por esos amores que dejaron huella y no quisieron quedarse para siempre... La vida es desierto y oasis, nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Por todos los aciertos y errores del 2010. Brindemos por ti, por mí y por el placer de estar vivos.

martes, 26 de abril de 2011

Vamos a esperar pues, casualidades.

Será que últimamente me gusta ser imbécil.Y qué bien se vive eh? Evadiendo responsabilidades, restándole importancia al noventa por ciento de las cosas, riendo y durmiendo, durmiendo y riendo.
Sí, ser imbécil en un periodo corto de tiempo es realmente agradable.
Luego te cansas. Te cansa que nada sea productivo y reconfortante. Te cansas de la rutina del gilipollas, te cansas hasta de ti mismo y te apetece irte a Zimbawe a salvar ballenas... si es que Zimbawe tiene mar y si es que hay ballenas. De todas formas ya sabéis por donde voy, los que lo sabéis. Entonces empieza el rollo, veamos que ocupa el 90 por ciento de mi vida, que debo evadir, que no; que es importante, que no; que es útil, que no. Está bien, te rayas pero mucho. Y luego se te pasa. Se te pasa porque te das cuenta que la vida sigue su curso, se tuerce, se te va la pinza, atraviesan montañas y movidas de metáforas que no me apetece pensar. Es un análisis exhaustivo de lo que te rodea, llegando a la conclusión de que las casualidades que pintan tu existencia son sin duda los átomos de tu día a día
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